Buenos Aires en la Escuela

Muestra: La Tierra incomparable 

 

 

Artistas contemporáneos de la Mesopotamia argentina.

 

La idea central de esta exposición gira en torno a la temática del paisaje de la Mesopotamia argentina. En este sentido, se trabajó a partir de diferentes ejes, como, por ejemplo, el contexto natural de la producción, el contexto social y económico de la producción, la construcción de un imaginario colectivo local, la formación de una imagen con identidad propia respecto de la región, las relaciones de producción entre los distintos territorios políticos, el discurso visual y la poesía como modos de abordar el paisaje, la revisión de la historia y la construcción histórica desde la ficción. 

 

En el cierre de la muestra se presentará el disco “Litoralísimo”, del artista visual y músico Julián Teran.

 

La curadora Herminda Lahitte definió así la muestra: "La tierra incomparable es, desde el inicio, una muestra que disuelve fronteras y plantea, en cambio, un concepto de territorio expandido que genere consciencia del trabajo colectivo y en red que nos sucede en el mundo contemporáneo. Sin importar las distancias ni los límites geográficos, invitamos a conocer los trabajos, las ediciones, las obras, la poesía y el pensamiento de artistas inmersos en un paisaje que es tan nuestro y tan ajeno como la propia experiencia de estar vivos. 

Dijo Darwin frente a esta topografía, en 1832: "No hay ni grandeza ni belleza en esta inmensa extensión de agua barrosa", y Juan José Saer le contestó en "El río sin orillas": "Sin embargo, ese lugar chato y abandonado era para mí, mientras lo contemplaba, más mágico que Babilonia, más hirviente de hechos significativos que Roma o que Atenas, más colorido que Viena o Amsterdam, más ensangrentado que Tebas o Jericó. Era mi lugar: en él, muerte y delicia me eran inevitablemente propias. Habiéndolo dejado por primera vez a los treinta y un años, después de de más de quince de ausencia, el placer melancólico, no exento ni de euforia, ni de cólera ni de amargura, que me daba su contemplación, era un estado específico, una correspondencia entre lo interno y lo exterior, que ningún otro lugar del mundo podía darme."